La voz con fines terapéuticos: Dos enfoques posibles tendientes a la cura

….Ese hálito sonoro que nos envuelve, protege y, muchas veces, nos expone ante el otro, desnudando íntimamente nuestro ser.

lavoz con fines terapeuticos
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La voz, ésa cualidad inasible y universal que enamora o rechaza, crispa o calma, cura o enferma.

Nuestras voces nos representan, identifican, y reflejan. A través de la voz es factible detectar emociones y pensares, delatando nuestro sentir más profundo. El modo y el nivel en que cada ser se conecte con su propia voz, dependerá en grado sumo de la calidad en los estímulos ofrecidos por el medio que nos rodea durante nuestros primeros años de vida.
Existe un hecho interesante, en la comunicación que se establece entre la madre y su bebé.
De manera progresiva y cuidadosa, la madre intentará, en base a su intuición y propias experiencias, acercarle a su niño el mundo circundante. De entre los múltiples lenguajes y formas de comunicación existentes, será la voz en sus aspectos supra segmentales de timbre, entonación, prosodia y ritmo, el medio privilegiado para conformar un “baño sonoro”, al decir de Anzieu[1]. Éste, sustentado en experiencias táctiles y visuales facilitará en el niño, la gradual percepción de un “cuerpo íntegro unificado” generador de vivencias sensoriales enriquecedoras.
Esas primeras experiencias que para el niño giraban en torno al cuerpo y la voz de su madre, deberán gradualmente trasladarse al mundo de los objetos inanimados y a las propias experiencias vocales y sensoriales que el individuo adquiera a través del tiempo.
Francois Doltó, desarrolla la idea de la voz como sucesora simbólica de la leche materna: “La lactancia es el primer circuito de relación y comunicación que queda ampliado con el destete, un circuito de comunicación mayor, más sutil y más simbolizado… si bien el destete es una vivencia de pérdida para el niño, es también la posibilidad de aceptarla.»
Existen diversas perspectivas desde las cuales puede enfocarse la utilización de la voz tendiente a la cura:
Desde un enfoque y un contexto musicoterapéuticos, la utilización de la voz sin fines estéticos, es decir en un plano puramente experimental como intento de “reconexión con modos primarios de relación con el mundo”, se efectiviza como “puente”, como proyección simbólica que abarca un espacio y un tiempo, como expresión de la propia identidad. Desde esta perspectiva, el encuentro con la voz del terapeuta u otras voces, en los límites de la escena terapéutica facilitará el trabajo sobre las identidades en juego. Se puede suponer el trazado de un proceso que comience de manera caótica y aleatoria en el ruido, la expresión gutural sin forma, hacia la construcción desde la improvisación, ya sea individual o grupal, de secuencias vocales que posean para el individuo, cierta significación simbólica y autobiográfica. Se plantea, por ende, desculpabilizar el grito para liberar y afirmar la propia voz, y así quizás intentar afianzamientos a nivel de la identidad.

Explorar la voz

La voz que se auto reconoce y experimenta, dentro de un cuerpo que se permite explorar, hecha mano de ciertas representaciones simbólicas que definen su historia para acceder a la cura.

Y es, desde el sentido que se le confiera a ésas representaciones con el acento puesto en el vínculo entre quienes participan, el trazado personal del camino hacia la salud.
Desde una perspectiva etnomusical, ciertas culturas de Asia Central, como los Chamanes De Turkic y Mongolia, las Mujeres Xhosa en Sudáfrica y los Lamas Tibetanos, utilizan sus voces como poderosa herramienta de sanación física y espiritual.

En la antigua técnica de “canto de armónicos”, conocida como hoomï o khoomeï en Asia, la persona canta dos, tres y hasta cuatro sonidos simultáneos.
Por medio de la intención encauzada y empleando el máximo de resonadores posible dentro del cuerpo y el cráneo, es posible amplificar los armónicos (los tonos parciales que componen la voz) o sobretonos del tono fundamental que se está cantando. No se trata simplemente de una forma de acrobacia vocal, al emitirlos se configura una onda muy poderosa que actúa en diversos niveles: los tonos fundamentales o bajos de la voz actúan principalmente sobre el cuerpo físico, mientras que los armónicos, que podríamos denominar el arco iris de la voz, actúan sobre los cuerpos sutiles.Estos sobretonos, como si de rayos láser se tratara, disuelven y dispersan las cristalizaciones de energía potencialmente dañinas del aura, evitando así que alcancen el cuerpo físico.

Existe además una relación directa entre el uso de la voz, y el reestablecimiento del equilibrio del sistema endócrino. En la técnica vocal, el uso de los resonadores (cavidades óseas diseminadas entre la cara y el cráneo), es fundamental para que la voz adquiera su brillo, amplitud y redondez. Existen variadas evidencias, que hacen coincidir la ubicación de los senos frontales y esfenoidal (importantes resonadores craneales), con la glándula hipófisis o pituitaria, de hecho el asiento de la misma se da en la cavidad esfenoidal. Es por esto que podemos arriesgar a suponer la estrecha relación existente entre los efectos de las vibraciones del canto sobre la glándula hipófisis, responsable de comandar procesos metabólicos y endócrinos, fundamentales para el armónico funcionamiento del organismo.

Existen además variedad de efectos derivados de la práctica del canto enfocado hacia la curación, como el equilibrio de los hemisferios cerebrales, la fluidez en la circulación del líquido cefaloraquídeo (posiblemente forma física de la energía Kundalini), mejora de la creatividad, y el fácil acceso a la intuición y conciencia superiores.

Existen entonces diversas maneras a través de las cuales podemos incluir “el canto” o cualquier forma de expresión sonora mediante la voz con fines terapéuticos.
La musicoterapia, como disciplina del área de la salud desde sus variadas herramientas, facilitará el acceso a lo simbólico, y a la reconstrucción de la propia novela familiar, mediante ésa voz auténtica y ancestral que nos pertenece. Por otro lado, la aplicación de recursos y técnicas etnomusicales, vehiculizadas en la voz y encauzadas hacia la salud, permitirán el restablecimiento de la última por su incidencia directa sobre nuestros procesos biológicos y nuestra química corporal.
[1] Anzieu, Didier: (1998) “La envoltura sonora del sí”, Barcelona, Ed. Paidós
[2] Doltó, Francois: citada en Pellizzari, P.:(1993) “El malestar en la voz”, Pág.144

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